No hay lugar a dudas sobre el cambio que Internet ha causado en nuestro estilo de vida. Las relaciones interpersonales, el ocio y claro, la forma de trabajar y el trabajo ha sido, casualmente, donde más se ha notado el impacto. Pero como es de suponer, Internet como medio de trabajo o de negocio, tiene muchas ventajas. La principal, para muchos, es que puedes eliminar las barreras geográficas y ya no estás limitado a un lugar en concreto para desarrollar tu actividad.
Mucho tiempo atrás, si querías abrir tu negocio tradicional, alquilabas un local, más o menos grande, dependiendo de tus posibilidades y el dinero que podías invertir, hacías publicidad de manera local (repartiendo folletos, por ejemplo) y esperabas sentado que los clientes llegaran. En ese caso estabas limitado a la ubicación del local, por lo que que repartías los folletos en lugares cercanos a tu tienda.
En Internet tú decides dónde quieres hacer la publicidad. Es fácil y a golpe de click. Antes estabas supeditado a la buena acción de repartidor y a su profesionalidad, que, por desgracia, no siempre era la más correcta (¿quién no se ha encontrado varios folletos en vez de uno?). Ahora tu decides a qué tipo de clientes quieres llegar, cómo y cuánto quieres invertir en el proceso, pudiendo saber el rendimiento en cualquier momento.
Otra gran ventaja es el horario. Por lo general, para crear un negocio online sólo vas a necesitar un computadora y una conexión a Internet. Olvídate de oficinas con horarios cerrados. ¿Qué prefieres trabajar por la tarde-noche y no madrugar al día siguiente? No hay problema. ¿Qué quieres tener un horario tradicional? Tampoco. Tú decides cuando trabajas.
Internet ha cambiado las reglas, el mercado y, en consecuencia, hay que adaptarse. Por supuesto, van a seguir existiendo negocios tradicionales que no se pueden llevar a cabo a través de Internet. Por ejemplo, un carpintero no te puede montar un armario por Internet, pero sí puede tener un blog donde hable acerca de cómo hace los armarios, una tienda online donde los venda y un sitio web donde resuelva tus dudas. En definitiva, herramientas que te ayuden a conseguir más clientes.
Si te gustan las manualidades y, en tus ratos libres, te dedicas a construir distintos artículos de forma artesanal, le puedes sacar beneficio vendiéndolos a través de Internet. En esta época tan industrializada, los artículos únicos realizados a mano son muy valorados por los usuarios. Como no hay otro igual, no hay competencia.
Me imagino que en la zona donde vives existe algún producto gastronómico que destaque sobre los de otros lugares (aceite, embutido, frutas, verduras, etc). Puedes llegar a un acuerdo con un productor local y darlo a conocer al mundo entero.
El coleccionismo es un mundillo donde se puede mover mucho dinero. Existe coleccionismo de muchas temáticas diferentes. Desde juguetes, sellos, monedas, etc. La clave es centrarte en un sector que te apasione.
Como ya te he comentado, que cada uno llevemos una cámara en nuestro teléfono no nos hace fotógrafos. Hace falta algo más que apretar el botón. Si tú haces grandes fotografías puedes enseñar a los demás a hacer mejores instantáneas organizando un curso de fotografía como profesor.
Lo que ocurre con la música se puede trasladar a los idiomas. Si conoces varios idiomas le puedes sacar más provecho a parte de la traducción. Tienes que saber que el español es un idioma muy demandado por lo que puedes aprovechar esa oportunidad (no todo es inglés). Puedes hacer varios tipos de clases, por niveles o por objetivo (negocios, relaciones, etc).
Estamos convencidos que después de este listado has encontrado alguna idea que puedes llevar a cabo (o varias). Esperamos que te dé el impulso necesario para lanzar tu propio negocio online. Lo peor que puedes hacer ante las posibilidades que existen es quedarte de brazos cruzados. Suerte.
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