Cuando haces realidad una idea, lo normal es tropezar en el camino y en todos los aspectos que necesitas: te equivocas al elegir a los socios, con los clientes, etc.
Aunque al final siempre tendrás que tropezar con algo, debes evaluar con antelación toda la problemática que se pueda desarrollar alrededor de tu negocio. Minimizar los daños es algo esencial en los inicios de cualquier negocio. ¡Toma nota!.
Tu idea puede ser muy brillante pero es posible que a nadie le interese. Para hacer una estimación de lo que busca la gente debemos primero buscar las palabras clave por las que creemos que nuestros posibles clientes nos van a querer encontrar. Google nos ayuda con su herramienta para encontrar palabras clave y con su herramienta indicadora de tendencias.
Con esta información en la mano conoceremos seguramente los datos suficientes. Si nuestras palabras clave tienen tráfico será el momento de pasar al siguiente punto. Si no tienen tráfico será el momento de orientar nuestro proyecto hacia las redes sociales. Si nadie busca tu producto debes darlo a conocer primero: marketing en Youtube, en Facebook, en Twitter, en Linkedin.
Si las palabras clave interesantes para tu proyecto generan tráfico, una buena estrategia es comprar los dominios que incluyan esas palabras. Esta es una práctica muy habitual para el posicionamiento y hay muchos dominios que están en top5 utilizando esta técnica. El problema es que tu dominio no tiene tu nombre de empresa sino unas palabras clave y esto puede generar cierta confusión en los posibles clientes.
En la actualidad, hasta Google dice que va a quitar cierta relevancia a este tipo de dominios llamados Exact Macht Domain (EMD). Una técnica mixta suele basarse en tener tu página corporativa y hacer un blog con actualizaciones frecuentes con el dominio EMD.
Por poner un ejemplo sobre el tema, imagina que quieres vender tornillos. Un buen dominio EMD podría ser tornilloshierrotitanio.com y un buen dominio fácil de recordar y con capacidad para hacer marca podría ser tornilletes.com
Este es un punto clave y en el que se pueden alcanzar grandes tropiezos. Generalmente se elige una agencia de diseño que nos genere garantías y en cuanto a diseño se suele cumplir pero muchas agencias no valoran suficientemente la labor de maquetación. De hecho, los maquetadores suelen ser los profesionales que menos cobran dentro de la empresa. Debes saber que la calidad del código junto con con el contenido de tu página es justo lo que Google valora.
Debes exigir que tu página cumpla los requerimientos de validación del W3C y a ser posible también cumpla con el nivel A de usabilidad. Puedes averiguarlo con la herramienta online de Tawdis. Con esto cumplido sabes que se han esforzado en realizar el código de tu proyecto. También debes exigir que todo esté optimizado: imágenes, bajo nivel de carga, urls amigables,…
En realidad, el software con el que va estar programada tu página no tiene importancia. Lo importante es el código que tenga. Puedes utilizar WordPress, Prestashop, Magento o haber sido desarrollado mediante algún framework como Zend o Code Igniter. Da lo mismo.
Una de las verdades más repetidas en cuanto a posicionamiento es decir que el contenido es el rey. Pues si, es la verdad. Debes mimar la redacción y ofrecer información que tu competencia no tenga. Todas las mejoras que se te ocurran incidirán directamente en la valoración que los internautas hagan sobre ti. Google siempre va a evolucionar pensando en cual es el mejor contenido para cada palabra clave. Pensando en ofrecer el mejor contenido vas a estar siempre ahí arriba. Un error común en este punto es ofrecer la misma información que tus rivales. La imaginación es poder. Si tu no la tienes es hora de contratar a algún especialista.
Es la hora de dar a conocer tu proyecto. No debes esperar que los clientes lleguen de casualidad a tu tienda. Debes asistir a todos los eventos del ramo y a los genéricos. Debes presentarte a cuantos concursos haya: empresa del año, emprendedor del año, mejor diseño,… Debes optimizar toda tu presencia en internet tanto en redes sociales como perfiles públicos de empresa. Debes generar contenido en las redes sociales.
Un punto a tener en cuenta es la reputación online. Aunque seas una empresa que mime al cliente a la larga siempre tendrás un cliente descontento con tu servicio o el producto que vendes. Lo mejor es evitar estos casos pero de producirse hay que ponerse siempre en la piel del cliente. Con una abundante presencia online es complicado que al buscar tu empresa aparezcan resultados negativos. Si te ocurre esto no realices acciones sin pensarlas con anterioridad. Una mala gestión de tu reputación online puede arruinarte del todo.
Con todo el trabajo hecho sólo queda esperar que tu producto sea competitivo en el mercado y el éxito debería estar asegurado. Los internautas buscan precio y confianza en la compra. Debes ser fuerte en esos aspectos.
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