Marketer, ¿serás reemplazado por una máquina?

Las visiones futuristas que veíamos en las películas ya forman parte de la realidad y una de las tendencias en el campo laboral de los últimos 200 años, ha sido cambiar la mano de obra humana por máquinas y en 20 años, los marketeros podrían ser reemplazados por robots.

La tecnología sigue evolucionando y sus capacidades son cada vez más sofisticadas. Los avances de la Inteligencia Artificial han alcanzado algoritmos tan eficientes que podrían apoderarse del mundo creativo del marketing y la publicidad con un impacto directo en la generación de contenidos y cómo se crean los anuncios. Sólo hace algunos años, el mundo se sorprendía al ver cómo  las redacciones empezaban a dejar en manos de robots la creación de noticias como resultados financieros, pero con el pasar del tiempo, las máquinas han ido ganando protagonismo, al punto de ser indispensables para algunas funcionalidades.

De acuerdo a los datos ofrecidos por el último informe elaborado por la Universidad de Oxford en colaboración con los académicos Michael Osborne y Carl Frey, los “marketeros” podrían perder sus puestos de trabajo en un futuro no muy lejano, exactamente dos décadas es el tiempo que indican en el artículo publicado por Marketing Magazine. 

Los más perjudicados serían los “marketeros” más jóvenes, quienes dentro de 20 años tendrán un 33% de probabilidades de quedar desempleados para ser sustituidos por una máquina. Estas cifras se basan en el grado de susceptibilidad a la automatización que presentan en la actualidad los cargos respecto a nueve competencias clave para el desempeño de los mismos: negociación, persuasión, asistencia, cuidado de otros,  destreza manual y percepción social.

Sin embargo, una parte del mercado laboral se siente optimista al respecto, pues los agigantados pasos de la tecnología tendrán que lidiar con la resistencia de la industria, que indica que todos los cambios en los que se han incluido a los robots han sido marcados por un rechazo inicial. Las máquinas aún son deficientes respecto al pensamiento abstracto y ese será el foco de trabajo de los expertos en las próximas dos décadas.